"La ardilla con las bellotas"
Érase una vez una ardilla a la que
le encantaba comer bellotas. Un día cansada de tanto comer bellotas, decidió
probar otros sabores y tuvo la gran idea de comerse un pastel.
Aquel pastel era muy grande y sabía
a fresa y manzana. Tanto le gusto aquel dulce, que desde entonces dejó de comer
bellotas y solo comía a pasteles.
Pero un día, la ardilla cansada de
comer a diario tantos pasteles, decidió probar nuevos sabores, y eligió comer
frutas como las peras, las manzanas, las fresas, las moras, los plátanos, las
naranjas. Desque aquel mismo día que la probó,
decidió que solo comería esas ricas piezas de frutas. Después de comer muchos
días fruta, se hartó y le dio por comer verduras como la zanahoria, el tomate,
la lechuga, el brócoli, los rábanos.
A la ardilla le gustó tanto el
tomate, que pensó en comer todos lo días muchos tomates.
Pero al cabo del tiempo cansada
también de comer solo tomates, se acordó de todas aquellos sabores que había
probado anteriormente y que tanto le habían gustado.
Entonces se dió cuenta de lo
importante que es comer variado todos los días y para que no se olvidase hizo
una lista donde apuntó lo que debía comer todos los días; los lunes bellotas,
los martes verduras, los miércoles dulces, así siguió con todos los días de la
semana.
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